En este post te vamos a dar algunos trucos que te ayudarán a estudiar más rápido y te ahorrarán mucho tiempo.
Como sabéis en otros artículos hemos hablado de la importancia de hacer asociaciones mentales, utilizar herramientas como los casilleros numéricos, palacios mentales, repasos estratégicos, mapas mentales, sistemas de organización, etc. Pero hoy queremos traerte 4 estrategias de las que hemos hablado poco en nuestro blog, estas estrategias son las siguientes:
Evalúa tus conocimientos durante los repasos. Los repasos estratégicos son una parte fundamental de un buen sistema de memorización, ya que favorecen la consolidación de lo aprendido, y nos ayudan a memorizar a largo plazo con mayor profundidad y grado de detalle. Una buena práctica, de la que no muchos estudiantes se benefician, es la de evaluar el grado de detalle con el que hemos memorizado los diferentes apartados o bloques de un temario.
Dividir un tema en pequeños bloques o apartados y evaluar nuestro grado de conocimiento sobre los mismos, durante un repaso, nos ayuda a distinguir la dificultad que tenemos al memorizar las diferentes partes de nuestro temario. Algo tan simple como anotar en los margenes del texto, una nota del 1 al 10, que me permita identificar inmediatamente cómo de asimilado tengo un punto o bloque concreto del temario, me ayudará a saber exactamente en que partes del texto necesitaré invertir más tiempo para la memorización al repasar, y cuales podré repasar rápidamente.
Ten en cuenta que no todo debe ser repasado por igual, ya que la dificultad es variable según el contenido, por lo que esta estrategia te permitirá enfocarte mucho mejor en lo que realmente necesitas invertir tu tiempo durante los repasos.
Hazte preguntas relacionadas con los apartados antes de comenzar a estudiar. Realizar un pequeño trabajo creativo de elaboración de preguntas sobre un tema concreto, nos ayuda a despertar nuestro interés, y a relacionar la información que necesitamos memorizar con cuestiones que pueden ser relevantes según nuestro criterio.
Preguntas como: ¿Para qué sirve el…?, ¿Cómo se aplica la…?, ¿En qué casos funciona o no el…?, ¿Cómo se explica la…?, ¿En qué se fundamenta el…?, etc. nos permiten cuestionarnos el sentido de nuestro posterior aprendizaje y favorecen la memorización de los datos, ya que a través de cuestiones como estas, fomentamos nuestra curiosidad y nuestro interés para darle respuesta a cada pregunta planteada.
Además puede sernos de utilidad de cara a las pruebas de evaluación, ya que esto nos ayuda a trabajar nuestra capacidad para dar respuestas a preguntas planteadas sobre el contenido del temario.
Entrena tu velocidad de lectura. La velocidad de lectura es muy importante para un estudiante que necesita leer extensos temarios. Además al contrario de lo que se piensa, una mayor velocidad de lectura nos aporta una mejor comprensión del texto, y nos ayuda a conectar mucho mejor las ideas principales y secundarias entre sí.
También nos ahorra mucho tiempo durante el estudio y durante los exámenes, pues cuanto mayor es mi velocidad de lectura, menos tiempo necesito para leer, analizar y comprender un enunciado o pregunta, y las alternativas de respuesta en un examen tipo test.
Rodéate de personas que te ayuden a estudiar, o fomentan tu interés. La motivación en el estudio es muy importante, y condiciona enormemente nuestro rendimiento, y como consecuencia nuestros resultados y calificaciones.
Algunas personas nos desmotivarán, y nos darán escusas y razones sobre por qué estudiar es una perdida de tiempo, o nos dirán cosas como que podemos aprobar estudiando poco…, mientras que otras nos ayudarán a mantenernos motivados y a estudiar con eficacia. Por supuesto, debemos intentar aumentar la frecuencia con la que nos relacionamos con estas ultimas.
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Gracias por leernos, feliz día.
