En este post te traemos algunos consejos que pueden serte muy útiles para sacarle el mayor partido posible a tus sesiones de estudio.
1. Mantén tu atención y concentración:
La atención es uno de los requisitos más importantes de la memorización, por eso cuando estudiamos es muy importante que nos encontremos en un lugar en el que no hayan distracciones que dispersen nuestra atención y nos desconcentren.
Encuentra tu lugar ideal para estudiar, dentro de las posibilidades de las que dispongas. Puede ser la biblioteca, tu habitación… Evita tener a mano elementos que te puedan distraer, como los dispositivos electrónicos, pon el móvil en silencio, apaga el ordenador… Para aislarte del entorno puedes utilizar tapones para los oídos, o auriculares que reproduzcan un ruido blanco.
También puede ayudarte a mejorar tu concentración utilizar estrategias de gestión del tiempo que alternen estudio intensivo, con pequeños descansos (para más información ver este artículo)
2. Divide tu tiempo de estudio en sesiones regulares:
Está demostrado que las personas que estudian de forma regular retienen mucho mejor la información, que los que hacen sesiones de estudio muy intensivas solo unos pocos días antes de los exámenes. Si no eres constante y vas acumulando el trabajo, cuando se acerquen los exámenes tu mente se sobrecargará y te estresarás. El estrés es un gran enemigo de la memoria, pues los estudios han demostrado que cuando sentimos estrés nuestra memoria funciona pero, incluso si el estrés se mantiene a lo largo del tiempo nuestro hipocampo (una estructura estrechamente relacionada con los procesos de memorización y recuerdo) se reduce de forma apreciable.
Estudia un poco cada día y cuando se acerque el examen, sólo repasa lo aprendido. Crea una rutina de estudio para que te sea más fácil, utiliza herramientas de organización como horarios, y ten en cuenta los tiempos que le dedicas a cada actividad dentro de la sesión de estudio.
3. Repasa en voz alta:
La lectura o el repaso en voz alta mejora el proceso de memorización. Muchos educadores aseguran que cuando los estudiantes repasan en voz alta entre ellos, tardan menos tiempo en comprender y en recordar nuevos conceptos. Aunque muchas veces entendamos los exámenes, y especialmente las oposiciones como una competición (en este caso con más razón todavía), debemos tener en cuenta que formar un grupo de trabajo para ayudar y apoyarnos en otros estudiantes, puede aumentar nuestras posibilidades de obtener unas mejores calificaciones.
En el caso de que no encuentres a nadie con quien repasar, puedes recitar el temario en voz alta para ti mismo, imaginando que estás explicándole el temario a otra persona. Deja la vergüenza a un lado, repasar en voz alta, incluso cuando estás solo puede ayudarte a aprender más rápido y a memorizar con mayor profundidad.
4. Elabora la información
Elaborar y profundizar en un concepto de forma progresiva, es una forma muy eficaz de procesar la información y codificarla en la memoria a largo plazo. Con este objetivo puedes empezar por leer la definición del concepto para conocerlo y familiarizarte con él, después de haber leído la información que tienes en el temario, puedes buscar información complementaria… por ejemplo, puedes buscar vídeos explicativos, charlas o documentales que lo expliquen de manera distinta y te aporten curiosidades y anécdotas.
Si nuestro temario es muy extenso, como suele ocurrir en las oposiciones, es interesante que podamos comentar algunos puntos del temario con alguien que conozca el tema, para que nos clarifique algunas dudas, o por el simple hecho de que lo memorizaremos mejor.
5. Cambia tu rutina de estudio de vez en cuando:
Romper la monotonía y salir de la rutina de estudio puede aumentar la eficacia de tu memoria y ayudarte a recuperar más fácilmente la información a largo plazo. Sin embargo no os aconsejamos que rompas tu rutina demasiado a menudo. Lo ideal es que aprendamos a llevar rutinas durante periodos de tiempo determinados. Por ejemplo puedes cambiar la estructura de tu sesión de estudios, o los horarios de repaso cada mes, o cada dos meses. Tampoco hace falta que hagas un cambio radical en tus hábitos de estudio, con probar alguna novedad de vez en cuando será suficiente para relajar tu mente y aumentar tu motivación para estudiar.
6. Descubre qué tipo de estudiante eres:
Hay varios tipos de estudiantes con distintas peculiaridades, algunas personas tienen mayor capacidad de atención por la mañana (matutinos), y otras tienen la mente más activa durante la noche (vespertinos).
Tienes que conocerte bien y saber cuáles son los momentos en los que más aprovechas el estudio para elaborar un horario de repaso. Si te cuesta levantarte por la mañana y tiendes a acostarte tarde, probablemente seas más vespertino, y te concentres mejor por la tarde o por la noche, ese sería el momento ideal para tu sesión de estudios. Si por el contrario te levantas con facilidad y por la noche tienes sueño temprano, eres más matutino y probablemente te concentres mejor por la mañana y por la tarde.
7. No escuches música
Escuchar música pone en marcha nuestra actividad cerebral, pero no siempre es beneficioso. Según una investigación cualquier tipo de música nos distrae y dificulta la memorización. No importa que sea música clásica o hevy metal, no es aconsejable escuchar música durante el estudio.
Si estás acostumbrado a hacerlo, puedes probar a escuchar música un rato antes de empezar a estudiar, para activar tu cerebro. Pero cuando empieces a repasar apaga la música. Si te incomoda el silencio, o como ya hemos comentado necesitas aislarte de los ruidos de tu entorno, puedes probar a poner sonido ambiental, como el sonido de lluvia, el sonido de las olas del mar… son audios realmente fáciles de encontrar en Internet.
8. Haz pausas regulares
Los descansos son fundamentales para consolidar la información y que nuestra atención se recupere. Puede que pienses que no tienes tiempo para descansar, pero la verdad es que tu rendimiento será mucho mayor si aprendes a descansar de vez en cuando.
Los descansos deben ser cortos, pero deben ser verdaderos descansos. Pueden durar unos 5 minutos al principio, y unos 10 minutos conforme avance en el tiempo la sesión (El tiempo de descanso debe ser proporcional al tiempo que has estudiando). Durante el descanso aléjate del temario y olvida tus preocupaciones, deja la mente en blando durante el tiempo estipulado para ese descanso. No debe saberte mal descansar cada 40 o 50 minutos, el tiempo que inviertes descansando lo recuperas al mejorar tu concentración y frescura mental.
También puedes aprovechar este descanso para ir al baño o estirar las piernas un poco, esto puede ayudarte a recuperar un poco de energía.
9. Evalúa tus avances y el grado de memorización
Acostumbra durante los respasos a calificar o evaluar cómo de bien lo has memorizado, o dicho de otra forma hasta qué punto te sabes esa parte del temario. Algo tan sencillo como colocar una puntuación del 0 al 10, en la que 0 significa «no me se nada», y 10 significa «me lo se perfectamente», nos ayuda a saber qué partes del temario necesitamos repasar más veces y con mayor profundidad.
Este sencillo sistema puede ahorrarte mucho tiempo de leer y leer cosas que ya sabes, y para las que bastaría un pequeño repaso cerca de la fecha del examen.
10. Utiliza las mejores técnicas de estudio
Nuestra especialidad en Escuela de la Memoria son las técnicas de memorización, organización y elaboración del temario. en nuestro blog puedes encontrar algunos artículos interesantes sobre técnicas de estudio efectivas en la categoría Oposiciones/Estudios, y en nuestros cursos online hemos recopilado las mejores técnicas y sus aplicaciones a los diferentes temarios.
Esperamos que hayas podido sacar información útil de este artículo, y puedas aprovecharla ya mismo.