Exámenes finales: te la juegas menos de lo que crees

Semana de exámenes si estudias ESO, Bachillerato o un Ciclo Formativo. Si vas a la universidad los tienes a la vuelta de la esquina.

Los nervios, los agobios por entregar las últimas prácticas se juntan con los exámenes. Y cuando llega el temido examen parece que te juegas la vida en esos 60′, eso provoca que no te sientas cómodo y algo te dice que salgas de allí cuanto antes.

Pero realmente, ¿te juegas tanto en el examen?

Si has seguido unas pautas para afrontar los exámenes, si has practicado y llegas preparado no hay nada que temer. Quien corre una carrera, el día de la misma no espera milagros, el trabajo ha sido durante los entrenamientos.

Sé realista, si vas preparado superarás el examen sin problemas y si no estás preparado vas a suspender. Sea como sea puedes estar tranquilo porque ya sabes lo que pasará.

Ahora bien, hay veces que estamos en el límite y los nervios pueden decantar la balanza hacia un lado u otro.

los nervios pueden decantar la balanza

Aparecen por falta de seguridad y esa sensación de que el examen es lo más importante. Es más fácil que los nervios afecten al resultado cuando se trata de asignaturas en las que hay que razonar: matemáticas, física, química… Si nos bloqueamos podemos no dar con la resolución del problema.

Podemos atacar los nervios en 2 momentos:

  • Antes de que aparezcan: Lo ideal es que no lleguen a aparecer. Piensa cual es la nota que representa el examen sobre la asignatura. Muchas veces hablamos de unos porcentajes que oscilan entre el 30 y 50%. Con lo cual, realmente ya has hecho la mayor parte del trabajo.
  • Cuando aparecen: Hay que controlarlos cuanto antes. Es preferible dedicar 2 minutos a relajarse que seguir insistiendo cuando ves que te has bloqueado. Cierra los ojos, visualiza un entorno agradable y centra tu atención en respirar de forma abdominal. Verás como recuperas el control y aumenta tu concentración.

 

Si resulta que no ibas bien preparado y el milagro no ha ocurrido, ten en cuenta que no está todo perdido y hay recuperación. Incluso, si suspendes la recuperación y tienes que repetir, hay veces que no es tan malo repetir. No digo que repitas pero con el tiempo puede ser hasta bueno el haber comprendido bien una asignatura que repetiste.

¡Pásalo bien en los exámenes y demuestra lo que sabes!