Si estás leyendo esto es porque estás inmerso en el maravilloso reto de intentar aprobar una oposición.

Si es así, es vital que conozcas cómo funciona nuestro cerebro para saber cómo memorizar mucha cantidad de información.

Nuestro cerebro precisa de tres pasos a la hora de guardar información que consideramos importante.

1. La comprensión. El cerebro es muy simple. Su lema: “si no lo entiendo, no lo guardo”. Por ello, es muy importante que, en la primera toma de contacto con algo nuevo, estés totalmente seguro de que lo has entendido.
   
   
2. La retención. Es la fase clave para memorizar cualquier oposición, pues es el momento en el que el cerebro va a almacenar todos esos datos nuevos sobre los que no tenemos recuerdos. En esta fase, las técnicas de estudio se convertirán en tu guía para memorizar las oposiciones.
   
   
3. La evocación. Por fin, en esta fase todo aquello que habrás trabajado saldrá a la luz. Será el momento en que, sabiendo seleccionar la información, expulsarás todo lo que ha retenido si has seguido bien la pautas a la hora de cómo memorizar tu oposición.

Ahora que ya sabes cómo funciona el cerebro a la hora de memorizar un temario de oposiciones, quiero hablarte de una cosa que es igual de importante que las técnicas.

Me refiero a una serie de habilidades a practicar que te servirán de ayuda para memorizar las oposiciones.

Estas habilidades son intrínsecas a todo estudiante, pero no todos se paran un momento a analizar si las tienen suficientemente potenciadas.

Seguro que ya eres consciente de que el camino de una oposición no es una carrera de velocidad, sino una de fondo en la que te vas a enfrentar a temas que te parecerán más complicados que otros o, simplemente, que no te gustarán.

Cuando llegues a estos será cuando los momentos de desmotivación, de dudas o de falta de confianza se agigantarán, empujándote a que cejes en tu empeño.

Para evitarlo debes estar preparado, así que, tanto antes de que empieces el recorrido, como durante este, te aconsejo que trabajes lo siguiente:

• La organización: la mayoría de los estudiantes suelen fallar en ella. Para ello realiza un plan de estudios a corto, medio y largo plazo, pensando bien qué vas a hacer en cada sesión de estudio, pero siempre con el objetivo de llegar al examen bien preparado.
  
  
• La planificación: muy ligada a la organización. Para que esta sea inteligente, deberás dedicarle un tiempo que te lleve a saber qué necesidades tienes, qué te cuesta más y qué vas a hacer para enfrentarlas y superarlas.
  
  
• La tolerancia a la frustración: habrá momentos en que las cosas no salgan como tú quieres. Para superarlos, debes mirar siempre al largo plazo y trabajar todos los días con la misma motivación (aunque haya momentos que no la tengas).
  
  
• La disciplina: llevar siempre a rajatabla la planificación y organización que te hayas programado te ayudará a ser más disciplinado, siendo precisamente el apoyo principal en esos momentos de desmotivación, dudas o falta de confianza.
  
  
• La gestión del tiempo: deberás saber cómo gestionar el tiempo en función del tema que estés estudiando, pues los tiempos de descanso no deben ser los mismos para los temas complicados que para los sencillos.
  
  
• La autocrítica: ser consciente de qué haces bien y mal a la hora del estudio te valdrá de ayuda para memorizar tus oposiciones mejor, pues sabrás qué mejorar y qué potenciar aún más. Para ello, existen herramientas como un diario metacognitivo, donde registrar lo que haces bien y mal.