Cuando quieres hacer algo pero no puedes evitar procrastinar, pasa porque esa acción aún NO es un hábito bien asimilado para ti.
Si te levantas de la cama y te lavas los dientes sin darte cuenta, lo has convertido en un hábito sólido.
Si procrastinas y te da pereza, no lo es.
Hay opositores que algunos días no estudian porque se sienten cansados. Entonces dejan de trabajar en sus objetivos.
Pero si fuese un hábito consolidado estudiarían siempre, estuvieran cansados o no.
Ahora bien, ¿cómo puedes convertir en el estudio en un hábito tan sólido que no te cueste hacerlo?
Que te levantes cada mañana y te pongas a estudiar casi sin pensarlo, de la misma manera que te tomas un café o un cola-cao…
Pues esto es lo que vamos a enseñarte con esta MasterClass, cuyo autor es un experto en la materia.